9.11.10

A los Obispos Italianos: No es suficiente con un llamamiento genérico a los valores

El hombre contemporáneo ha invertido muchas energías en el desarrollo de la ciencia y de la técnica, consiguiendo en estos campos objetivos indudablemente significativos y apreciables. Este progreso, con todo, ha tenido lugar a menudo a costa de los fundamentos del cristianismo, en los cuales se arraiga la historia fecunda del Continente europeo: la esfera moral ha sido confinada al ámbito subjetivo y Dios, cuando no es negado, es con todo excluido de la conciencia pública. Y sin embargo, la persona crece en la medida en que hace experiencia del bien y aprende a distinguirlo del mal, más allá del cálculo que considera únicamente las consecuencias de una acción individual o que usa como criterio de valoración la posibilidad de realizarla.

Para cambiar la dirección no es suficiente con un llamamiento genérico a los valores, ni una propuesta educativa que se contente con intervenciones puramente funcionales y fragmentarias. Es necesaria, en cambio, una relación personal de fidelidad entre sujetos activos, protagonistas de la relación, capaces de tomar partido y de poner en juego su propia libertad. (del punto 3 del Mensaje del Papa a los Obispos Italianos en Asamblea Plenaria: 09/10/10)