11.5.10

Sobre Lilita Carrió, lobo vestido de cordero.

Algunos ven en la Señora Carrió el parámetro moral de la política argentina. Tal vez porque ella misma se ha creado esa imagen, o tal vez porque sea el resultado de confesarse con El Jesuita.
Por lo pronto debemos recordar un texto de Santo Tomás que nos indica en que sentido se puede decir de alguien que es bueno o en este caso “paradigma moral”.
I, 6, 3, c. “Se dice que algo es bueno en cuanto que es perfecto. Y la perfección de algo puede ser contemplada desde tres puntos de vista. Primero, la perfección como constitutiva del ser de algo. Segundo, la perfección a la que se le añade algo indispensable para un obrar perfecto. Tercero, la perfección a la que tiende algo como a su fin”.
Conclusión:
La Señora se manifiesta a favor del matrimonio gay separando su fe de su conducta pública con la falacia de que la palabra matrimonio es propiedad del orden religioso y que esto debe llevar otro término. Con lo cual a pesar de la ”comunión diaria” ella persigue un fin, en un tema no menor, que se aparta de buscar lo perfecto en lo perfectible, de buscar el bien para el hombre y la sociedad.
Todo lo contrario: busca crear una “entidad nueva” (gaymonio) claramente contraria al orden natural y al orden de la razón, para luego afirmar que la nueva situación es más perfecta que la anterior.
Este tipo de razonamiento no es nuevo en ella. Indague Ud y lo verá.
Pregunta: ¿para esto se necesita tener un director espiritual jesuita? ¿puede la Iglesia dar apoyo a esta arrivista? ¿puede la Iglesia quedarse callada sin más? ¿puede el párroco seguir dándole la comunión?